Texto:
Jonás 4.
Luego de una larga travesía de Jonás a quien Dios lo había mandado
a predicar a Nínive y el se fue a Tarsis, creo que todos conocemos la historia
fue echado al mar, luego tragado por un gran pez el cual luego de tres días y
tres noches lo vomito.
Pero luego de esa aventura Jonás se fue a predicar a Nínive
y para su sorpresa todos se arrepintieron de su mal camino, así que Dios los
perdona y no les manda ningún castigo. Por este motivo Jonás se enoja con Dios
hasta la muerte, un profeta se enoja porque Dios no quiso castigar a un pueblo.
Dios hace un plan y le da a Jonás una calabacera que lo cubra del sol y al
siguiente día prepara un gusano para herir la calabacera, por lo que Jonás se
enoja aún más, hasta que Dios lo hace entender que así como a Jonás le dio
lastima la calabacera, Dios también tuvo misericordia por Nínive.
Nuestra
actitud.
Muchos nos enojamos contra Dios cuando vemos que hay
personas que son mas bendecidas que nosotros y es en ese momento en el que
hacemos locuras como Jonás, no hay que deleitarnos cuando vemos que alguien está
pasando por una prueba ni mucho menos enojarnos cuando alguien es bendecido por
Dios porque es posible que Dios prepare a un gusanito.
Un gusanito
preparado.
Hay que notar que en Jonás 4:7 dice “Pero al venir el alba
del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se
secó.” Noten que la palabra que se usa es preparar, no era cualquier gusano
era uno preparado por Dios para enseñarle algo a Jonás, asimismo Dios nos puede
preparar un gusano para que nos haga ver las cosas que no vemos.
No esperes a que Dios mande un gusano muy bien preparado para hacerte
entender que no te debes enojar contra Dios.
Cuando lleguen momentos que tú no entiendes acércate a Dios, pregúntale
a el acércate a él solo en el encontraras lo que estás buscando, si es necesario
Dios te quitara lo único que tienes para hacerte entender, no permitas que esto
pase acércate y acepta la voluntad de Dios solo en el está la verdad.