La lampara de cristal


Proverbios 4:23 
En una ocasión había un niño que tenía una muy bonita lámpara de cristal que su mamá le había regalado,  era de cristal fino y delicado que formaban a un hombre quien estaba con su perro bajo una hermosa palmera también de cristal. Casi nunca movían la lámpara porque era muy delicada, solo la movían cuando el foco se había quemado, y cuando eso pasaba la madre del niño cambiaba el foco con mucho cuidado.

Llego el 10 de mayo, el día de la madre,  y el pequeño no tenía nada que  regalar a su mama así que decidió que el regalo seria ordenar su cuarto y obedecerle en todo; así lo hizo y empezó a limpiar todo su cuarto, todo lo había quedado hermoso y cuando limpiaba su mesa hizo un mal movimiento y accidentalmente movió la lámpara la cual cayó al piso y se quebró, el niño muy consternado  llamo a su hermana mayor quien lo ayudo a levantar lo que quedo de la lámpara, el niño muy asustado por la reacción que imagino tendría su madre decidió no contarle nada.

Pasados los años el niño quien ya creció y ahora es un adulto, aun con cargo en la conciencia por haber quebrado la lámpara, decide contar lo sucedido a su mamá, le cuenta todo y la reacción de la madre fue extraña solo le dijo: “Ya sabía lo que había pasado, tu humana me lo conto el mismo día que quebraste la lámpara, lo que me dolió no fue lo que paso con la lámpara sino que el lazo de sinceridad que nos unía se rompió y nunca volviste a acercarte a mi”

Si tu lámpara se rompe díselo a Dios.
Proverbios 4:23  “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.”
En la vida cometeremos errores pero no permitamos que eso arruine nuestra relación con Dios, el misericordioso y si nos arrepentimos de corazón él nos perdonara y nos hará vivir tranquilos.



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